En 1981, la teórica Laura Mulvey publicaba en Framework un extenso y detallado texto en el que se retractaba de ciertos aspectos polémicos vertidos en «Placer visual y cine narrativo», publicado en 1975. Un segundo texto que le valió de escudo ante las numerosas críticas por su visión revisionista de la mirada masculina.
Cuarenta años después, nos preguntamos qué habría sido de Mulvey en el siglo XXI. Quizá el mismo Alfred Hitchcock habría recurrido al enviste transversal de quién cita lo ajeno y goza en propia. Gracias a la denuncia de Mulvey, no ajena a la polémica (mujeres incluidas), el público comenzó a asimilar que la figura del héroe en masculino singular aburre. Desgasta. Agota. Y, poco a poco, la situación fue mudando de piel. Y así, fue como pasamos del mononuclear relato clásico de Frank Capra a la policromía de Xavier Dolan. Por el camino, el trabajo de cineastas como Agnès Varda, Chantal Akerman, Jane Campion y un larguísimo etcétera fue ampliando el abanico narrativo. Cuestionando al genio, denunciando al productor y replanteando las normas del juego.
Sigue en https://www.m-arteyculturavisual.com/2020/10/19/disculpen-que-nos-levantemos-o-no/